Salmorejo

Lo vi hace unos días en el blog de Sylvia,  y pensé que había que intentarlo.

Lo probé hace un montón de años en una cena y nunca más había tenido oportunidad de comerlo.

Yo nunca lo había hecho pero... ¡quién dijo miedo!

Sometí a Sylvia a un tercer grado, para que me resolviera algunas dudas y el domingo fue el día elegido para la probatina. Mi marido y yo en la cocina. (A los dos nos gusta cocinar y nos coordinamos bien, bueno, él dice que cuando cocina conmigo siempre termina haciendo de pinche, pero no es verdad, creedme a mí)

                    

El salmorejo tuvo un éxito rotundo. Nos gustó a todos, así que lo incorporaré a mi cuaderno de recetas, y lo haré de vez en cuando.

Y para rematar la faena, que mejor que un platito de croquetas caseras, y ricas, ricas. Estas son un valor seguro, especialidad de la casa. No fallan.

                                   

Del flan de almendra que hubo de postre no os pongo foto, porque aunque de sabor estaba buenísimo, digamos que la presentación... vamos que se rompió entre temblores.

En fin, que no se puede tener todo