No, no todo vale.

Parece ser que una no tiene derecho a quejarse en abierto cuando ve publicados en un muro de facebook los apuntes de un SAL que hace tiempo organizó una amiga muy cercana y que ayudó a preparar.

Y como te quejas y reclamas, te llueven las críticas, porque la que lo publica es muuuuyyyyy generosa y encima aún deberías estar agradecida porque decidió apropiarse de los apuntes de tu amiga y eso es todo un honor. Manda narices.
Y cuando reclamas, te dicen que si lo que quieres es publicidad, a ella no le importa citarte...

Y te dicen que los patrones son de una revista...

No, si eso ya lo sé, y además es que no solo no lo niego, sino que además lo explico, y digo en que revista fueron publicados, cosa que tú ni haces,  porque en su día compré la revista y la tengo aquí a mi lado...

Entonces, si los patrones no son tuyos, no sé de que te quejas...
 
Pues hombre, que digo yo, que si quieres organizar algo... que me parece estupendo y maravilloso, que por lo menos te curres un poquito tú los patrones y las entregas, y no uses nuestros apuntes como propios, que es que aparecen incluso con mi letra...

Y entonces se hace la ofendida y te dice todo el daño que le estás causando, a ella que es tan generosa y altruista.  ¿Altruista?  Permitidme que lo ponga en duda, por favor.

Y aparece una corte de palmeros diciéndote que como te pasas, que nunca hubieran pensado eso de ti...

Y piensas lo mala, malísima que debes de ser, por reclamarle a alguien con la piel tan fina que no use tus apuntes como propios... ¿o era con la cara tan dura?

Y se te pasa por la cabeza mandarlo todo a la mierda y olvidarte de facebooks, blogs y mala gente que siempre está dispuesta a despellejarte a la menor ocasión y entonces...

respiras profundo, miras unas telitas que te habían gustado mucho cuando llegaron a la tienda, y decides que lo mejor es seguir haciendo lo que más te gusta.

 Y comienzas a cortar telitas pensando en tu próximo trabajo

con la conciencia más que tranquila y sabiendo que no, no todo vale.