- ¿Qué le estás poniendo a la empanada, mami?
- Todo lo que estás aprendiendo con eso del blog ¿verdad?
Sí, sin duda. Todavía no llega a dos meses y este mundo para mí desconocido hace apenas nada, se va infiltrando casi sin sentirlo en mi vida.
Conté a grandes rasgos, en una de mis primeras entradas de mi blog, como fue el que me animara a entrar en este mundo bloguero. Sabía que existían los blogs, seguía habitualmente el de Georgina, pero nunca me había planteado tener uno propio. No soy persona de muchos amigos, y tejer un mundo de relaciones virtuales en torno a mi pasión por el patchwork se me hacía un tanto cuesta arriba.
El caso es que andaba yo un día buscando información para aprender como se hacía la aplicación con papel termoadhesivo de doble cara, cuando en google (¿qué se hacía cuando no existía google?), apareció un tutorial muy detallado sobre el tema. Imprimí la información, pero me picó la curiosidad. En aquel tutorial, se hablaba del sampler de Esperanza, y allí que me fui, a cotillear que era aquello, y no me preguntéis porqué, pero desde el primer momento, quise participar.
No había requisitos, podías empezar cuando quisieras. Hacías un bloque, lo publicabas en tu blog si lo tenías y le envíabas la foto o el enlace a Esperanza... pero yo no tenía blog.
Sí, ya sé, no era necesario, pero también decía Esperanza por algún lado que ya era hora de hacerse un blog. Y yo, que hasta ese momento nunca me había planteado el tema de tener uno, porque para qué, qué iba a escribir en él, quién me iba a leer... esa misma noche me puse a investigar como hacer uno.
Impaciencia, mi santa cruz esa que me acompaña allá por donde voy, me urgía, me picaba, me apremiaba. Daba igual el nombre, daba igual el formato, el diseño, daba igual todo, pero tenía que ser ya. :-)
Así que hice mi blog, y lo fui configurando poco a poco hasta que tras algunos cambios lo fui dejando a mi gusto, y al mismo tiempo comencé a hacer los bloques del sampler de Esperanza.
En mis entradas, iba poniendo algunas de las cosas que durante el año que llevaba haciendo patchwork había ido cosiendo, una receta de una coca, que casi nadie leyó, algunas fotos de la playa de mi ciudad... y el resultado siempre era el mismo, escasos o ningún comentario a mis escritos. Pero no me desanimaba, no conocía a nadie en este mundo y cada nuevo comentario o cada nuevo seguidor era celebrado en casa como un tanto marcado por el equipo favorito.
No sé cuando conocí a Sylvia, curiosamente, creo que fueron sus torrijas lo primero que me llamó la atención. E incapaz de vencer la tentación, por supuesto que las hice. Me acostumbre a visitar su blog. Me resulta acogedor y cálido. Como de andar por casa en zapatillas. Y tampoco sé muy bien cuando, Sylvia comenzó a visitar el mío. Yo te visito, tú me visitas, así funciona la cosa, y esto para mí se ha convertido en una costumbre cotidiana. Esta mujer entrañable tiene un algo especial y a mí me ha calado hondo. Creo que si viviera más cerca, hace días que habría ido a conocerla en persona. Apenas la conozco y ya podría afirmar que a Sylvia le tengo un cariño especial.
Hace un par de días sucedió algo curioso:
Había estado hablando con Sylvia de lo adictivo del patchwork, cuando me preguntó si conocía a Marta; me explicó que es vecina de su padre, y que este verano en unos días que Marta pasó por Málaga vio a Sylvia hacer unas aplicaciones y se quedó enganchada definitivamente al patchwork, y que incluso se había animado a hacer un tutorial para el sampler de Esperanza.
Cuando terminé de hablar con Sylvia, me fui a cotillear el blog de Marta, y ¡sorpresa! resultó que el tutorial que había preparado, era aquel de la aplicación que me lanzó a mí al mundo bloguero. ¡No me lo podía creer!
Con toda esta locura de blogs en las que me fui metiendo poco a poco, ni se me había ocurrido nunca buscar a la autora del tutorial que fue el detonante, y ahora de la forma más simple, estaba allí, era Marta... que si el verano anterior no hubiera aprendido de Sylvia...
Esta el la forma en la que me enteré que gracias a un cúmulo de causalidades que se fueron sucediendo en el tiempo, Sylvia, la gran Sylvia, es la responsable indirecta de que yo esté hoy aquí, escribiendo un blog.
Gracias Esperanza, gracias Marta Gracias Sylvia
Y encima, la empanada está... buenísima. Os la recomiendo sin ninguna duda. No dejéis de pasar a conocer la receta en el blog de Sylvia. Lo espectacular... que lleva dátiles y canela. Buena no, buenísima. La incluyo en mi cuaderno de recetas, y en la próxima reunión del G9 que toque en casa... (El G9 es una cena de amigos que hacemos cada mes o mes y medio en las diferentes casas por riguroso turno, en la que disfrutamos de una buena cena, y durante la sobremesa arreglamos un poco el mundo ;-)
Sé que ninguno de ellos lee mi blog, jejejeje, de hecho, excepto Rafa (ni siquiera saben que lo tengo, ;-) así que no me importa contar que en nuestro próximo menú del G9 habrá Salmorejo y Empanada Sylvia.
Que pinta tiene esa empanada! Me ha encantado conocer tu blog pero no me puedo creer que conozcas el patchwork sólo desde el año pasado, con la cantidad de cosas que tienes hechas!. Besos.
ResponderEliminarDori...hasta el comienzo de tus días en el mundo bloguero, contado por tí...parece un relato más con los que nos deleitas de vez en cuando...qué bonita historia!!!
ResponderEliminarMe alegro mucho de que hubieras tomado esa decisión...
Y con tan poco tiempo...hay que ver en qué se ha convertido tu blog...en una visita indispensable para muchas!!!!
Un beso enorme y, de nuevo, gracias por tus comentarios!!!
Y se me olvidaba!!!! Ay! cómo nos va a las impacientes.... Menudo menú!!! Debe estar delicioso...ya sólo por la vista...apetece!!! Y me encanta esa costumbre periódica de reunión de amigos...Un buen momento para que uno pueda disfrutar de tus platos...Parece que lo lleves haciendo desde siempre....al igual que tus labores de patchwork...
ResponderEliminarUn beso.
Tiene una pinta exquisita!!!
ResponderEliminarMe ha gusta do conocer un poco tu historia blogueril, y la verdad es que las tres mujeres, son fantasticas. (Ayer estuve un ratito con Sylvia y si que es un encanto) un besazo
ResponderEliminarHola Dori!!!! Muchas gracias por la parte que me toca!!! Qué entrada más bonita y más entrañable, y vas a conseguir que Sylvia llore a "todo moco". y sabes? creo que todos los comienzos blogueriles han sido parecidos al tuyo, pero te aseguro que se crean lazos preciosos. Un beso graaaaaande y abrazos de oso
ResponderEliminarHola Dori, esa empanada tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarEstoy encantada con tu historia, tanto Sylvia como Marta son encantadoras.
Que linda historia...conocí a Marta por el tutorial...de hecho el trabajo que presenté en el Reto Dulces de Laura...fue mi primer trabajo de aplicaciones y lo aprendí de Marta...me parece estupenda!! y ahora me dispongo a conocer a Silvia...ya voy recomendada jajaja
ResponderEliminarLa empanada se ve riquísima!!!
Que tengas un lindo día!!!
Hola Dori!
ResponderEliminarSoy Lydia, acabo de leer tu entrada y ha sido la chispa para hacerme un blog.
De momento sólo tengo una presentación, en breve pondré más cosas, aunque tendré que esperar a mi hija...
Muchas gracias por animarme
hola Dori,,,¡¡pero que bien nos has contado tu entrada en este mundo de los blogs¡,,como siempre es un placer leer tus relatos,,,y tienes razón, tanto Silvia, como Marta y Esperanza son encantadoras,,a las dos primeras sólo las conozco a través de blog,,,pero como tu dices,,se crean unos lazos de unión que son muy bonitos,,,y a Esperanza tengo el gusto de conocerla personalmente y todavía es mucho mejor en directo que a través del blog,,,,es verdad que este mundo se va infiltrando poco a poco en nuestras vidas,,,,,bssss
ResponderEliminarDori, esa empanada se deja comer con los ojos, jaja.
ResponderEliminarCon respecto a lo de que no te aparecen las actualizaciones de mi blog, no sé porque será, soy una bloguera novata y para ver a las demas blogueras las añadí en los "blogs que sigo".
Gracias.
Un beso.