¿Os habéis fijado que cada una de las labores que hacemos tienen una historia detrás? Por lo menos a mí me pasa.
Esta noche me apetece contaros la historia de la mini-geisa que utilizo como imagen en mis relaciones blogueras.
Pues veréis, todo comenzó en las Navidades pasadas cuando le pedí a Papá Noel que me trajera unas cuantas revistas de patchwork, eso sí, con tiempo suficiente para que llegaran a tiempo para la noche del 24, que es cuando en casa repartimos los regalitos.
Pero resultó que Papá Noel o sus duendes trabajadores ese año resultaron muy, pero que muy eficientes, o yo excesivamente previsora y las revistas llegaron a casa unos cuantos días antes de lo previsto.
Las guardé en un armario bajo siete llaves y haciendo un enorme esfuerzo me propuse no mirarlas porque todavía no había llegado el momento.
Ufff, qué maldita tentación, las revistas guardadas, con un montón de patrones dentro, muchísimas cosas bonitas para hacer esperándome y yo sin poder hincarles el diente. ¡Qué tortura, madre!
Y sucedió que cada vez que metía o sacaba algo de aquel armario donde estaban escondidas bajo un montón de cosas, aquellas revistas malignas y torturadoras empeñadas en que yo cediera, me llamaban y me susurraban...¡miraméeeeee aunque sólo sea un poquito!
Y así día tras día. No había momento en que las pesadas no reclamaran mi atención. En cuanto abría el armario, allí estaban ellas. ¡Miramé, abremé, leemé...! Y claro, así no hay manera de vencer nada.
Y aún faltaba... ¿uhmm,todavía tanto?
Menuda faena me había hecho Papá Noel este año con su eficacia.
Y por supuesto que pasó lo que tenía que pasar. No podía ser de otra manera. Caí. Pues claro que caí.
-Bueno, miro una, pero sólo un poquito.
-Ay, ay, qué cosas tan chulas, y que ganas de empezar a hacer alguna de las labores que traen.
-No, no, hasta que sea el día de los regalitos no puede ser...
-¿Y si miro una rapidito, copio el patrón deprisa, lo voy haciendo y así me quito las ganas de...?
-Bueno, pero sólo una y un momentito.
-Perfecto Dori.
-¡Qué geisa más chula, y no parece muy difícil de hacer!
-Podrías hacer la geisa. Sí, sí, la bandeja de la geisa.
-¡Guau, qué bonita la geisa! ¡Me encanta!
-Rápido, rápido, copia el patrón deprisa, te fijas un poco en cómo es, la guardas y que nadie se entere.
Y copié el patrón de la geisa, vaya si lo copié. En entretela finita, para poder coser encima. Solo que con las prisas, y el agobio de lo prohibido, no desplegué las hojas de los patrones, y lo que copié, fue el patrón guía de montaje, eso lo supe algunos días después cuando pude contemplar abiertamente que el patrón de la geisa que venía en la revista, era dos o tres veces mayor que el que yo había hecho... :-)
No, si ya me parecía a mí al coserla que parecía demasiado pequeña para una bandeja, claro que como no me había dado tiempo a leer cual era el tamaño de la bandeja, pues a lo mejor...
Jejejejeje.
Pero quedó bonita, y me encanta mi geisa.